El pasado miércoles nos dejaba Nelson Rodríguez Zurbarán, legendario montador cubano de clásicos de la historia del cine como Memorias del subdesarrollo (1968), de Tomás Gutierrez Alea, y La primera carga al machete (1969), de Manuel Octavio Gómez.

En 2002 tuve el honor de editar con él Machín, toda una vida, largometraje dirigido por Nuria Villazán. Sus lecciones en la mesa de montaje, y previamente en las aulas de la Escuela Internacional de Cine y TV de San Antonio de los Baños, nunca serán olvidadas.

Descansa en paz, querido Nelson.

(En la imagen, un fotograma de Memorias del subdesarrollo, en La Rampa de La Habana).